Cometimos el grave error al separar a los seres humanos de la naturaleza, no se separa a la totalidad, es decir, existe un maravilloso axioma, donde convergen la mayoría de corrientes filosóficas, espirituales y religiosas, somos un todo, en un relacionamiento no solo natural, sino social y económico.
Pero déjennos ser precisos, la relación es segunda, porque la relacionalidad es primaria y fundamental, esta involucra el ser, la relación, el hacer. Relacionalidad y relación, hay que distinguirlas porque por más paradójico que suene, hay personas pobres de relaciones, pero ricas en relacionalidad, y viceversa.
El principio fundamental de la relacionalidad es algo en lo que enfocaron sus esfuerzos cognitivos nuestros ancestros andinos, y no en conocer las cosas en si mismas; es decir: el saber es experimentar emocionalmente lo que los ancestros concluyeron, “la sabiduría” que proviene del sentir, difiere cuando las cosas se estudian de manera individual, desvinculándolas del todo, como cuando estudiamos el ser desde una perspectiva ontológica, por eso es que lo individual no es, en cuanto no tenga algún vínculo. Vínculos que se dan a través de otros principios como la reciprocidad, la complementariedad, la correspondencia, la integralidad o la alteridad.
Las organizaciones no son mas que la manera como nos relacionamos las personas, que muchas veces viven inmersas en relaciones de competencia, individualismo, independencia y codicia. Que piensan en lograr riqueza material en el corto plazo para sí mismos y sucumben ante cualquier crisis.
Una ves la organización se reconoce como parte de un todo, en el principio de la relacionalidad, estudia la manera como se relaciona con el entorno natural y al tratar de imitar a la naturaleza, se convierte en un sistema vivo, bajo un modelo de negocio holístico y más consciente, es decir, se desarrolla de manera regenerativa, con elementos mucho mas allá de la sostenibilidad.
Pero otra ves en pro de la precisión, definamos que es regeneración:
“Es el proceso de renovación, restauración y crecimiento que hace que los genomas, las células, los organismos y los ecosistemas sean resistentes y adaptativos a las fluctuaciones o eventos naturales que causan perturbaciones o daño.”
“La regeneración va mas allá de la resiliencia o la sostenibilidad. Lo que sea resistente, restaurado, robusto o sostenible resiste o se recupera de los golpes y permanece igual. Los choques mejoran un negocio regenerativo. Se recupera y tiene la capacidad de hacer más y ser más ".
Carol Sanford, autor de The Regenerative Business
En 2015, The Capital Institute hizo publicó un documento que describía 8 principios que podrían ser el "código fuente" para diseñar economías u organizaciones regenerativas:
1. Relaciones correctas
2. Prosperidad holística
3. Innovación, adaptación y receptividad
4. Participación empoderada
5. Comunidad como lugar de honor
6. Abundancia del efecto de borde
7. Flujo circular robusto
8. Busca del equilibrio
Y allí encontramos una variable fundamental que adorna nuestro titulo, las relaciones. Ahora entendidas desde un punto de vista humano, pero aplicado a las organizaciones, porque como los fractales las partes se asemejan al todo, y el todo a sus partes; es decir o estudias el todo para comprender las partes, o estudias las partes para comprender el todo, porque son correspondientes, porque lo mismo es arriba que abajo.
Veamos los tipos de relaciones humanas existen:
Acudiendo a la biomimética, entendemos que los sistemas y organizaciones más resilientes y adaptativas al cambio, son aquellas que tienen relaciones interdependientes, como los cardúmenes, las hormigas o los enjambres, es decir que comparten el mismo objetivo y se empoderan por igual, asumen la responsabilidad de sus propias acciones y contribuyentes a la relación.
Forman parte de un todo que los interconecta unos con otros en conexiones múltiples, simultáneas complejas y totalmente des jerarquizadas. Y como en el bosque, cada ser mantiene su espacio, es único, pero no la única verdad y en el saber de la complementariedad, se manifesta la totalidad, pero esta no unifica, no suprime, porque cada ser o realidad mantiene su propia esencia y la comparte con el otro.
No tenemos que ir muy lejos para darnos cuenta que al final todas las relaciones se reducen a la CONFIANZA, y es una de las razones fundamentales para que una organización sea resiliente y adaptativa.
¡Eureka!, una vez estos principios fundamentales, el desarrollo regeneratívo, las relaciones, y hasta la ética y la moral, son adoptadas por las organizaciones se pueden hacer mas resilientes y adaptativas.
¿Pero es suficiente?
Podríamos rescatar e híbridar toda la sabiduría ancestral, realizar el mayor trabajo biomemético de la historia y crear organizaciones adaptativas y resilientes ante cualquier hipotética crisis, pero la naturaleza o el todo, siempre tendrá un as bajo la manga, ese “don” que le permite estar sobre la vida misma, la entropía infinita, el poder del caos.
Y en el caos, el único refugio que existe es el azar, la probabilidad, la aleatoriedad, la “suerte” que ahora es responsable de la realidad y de todo lo que existe. Como de cierta manera lo afirma la física cuántica y lo aborrecía Einstein cuando decía que “Dios no juega a los dados”. Einstein se negó a aceptar la idea, o para algunos el hecho, de que el universo se comporte de una manera tan extraña y aparentemente aleatoria.
Entonces manteniendo la línea de la precisión, definamos suerte:
“La suerte puede ser definida como el resultado positivo o negativo de un suceso aleatorio poco probable”
La oración, rituales, presagio, hechizos, dogmas etc. son asociados a la suerte con un fuerte sentido de superstición, es decir, una creencia de que ciertos actos tabú o estados mentales, influencian la forma en que la suerte se comporta.
Esto ultimo contrasta perfectamente, con el efecto placebo o el efecto Pigmalión, donde se fomentan la creencia en la suerte como una falsa idea, pero que puede derivar del pensamiento positivo.
Otros, como Jean Paul Sartre y Sigmund Freud, creen que la creencia en la suerte tiene relación con un locus de contro interno, o aquello que puedes controlar, tu mente, para crear los sucesos de la propia vida.
Pero para nosotros, incluyendo algunas afirmaciones anteriores, sobre todo las relacionadas con el poder de la mente para crear nuestra realidad. se define en gran parte como muy bien lo asevero, Lucio Anneo Seneca y que se alinea a la realidad caótica en que vivimos:
“La suerte es lo que ocurre cuando la preparación coincide con la oportunidad”
Entones, ¿Qué nos hace verdaderamente adaptativos y resilientes?; siempre y cuando incluyamos todos elementos anteriormente descritos.
Es la PREPARACION, entendida como innovación perpetua, la evaluación contante de tendencias, el poder visualizar hacia donde se mueve el mundo, el poder anticiparse mediante la intuición y crear un sin numero de posibilidades, relaciones, estrategias, servicios y productos encaminados a solucionar los problemas de la humanidad, que cuando la OPORTUNIDAD entendida como el azar, el resultado probable aparezca, llegue aquello que llamamos SUERTE y podamos sobrevivir, siendo este ultimo el propósito común de toda la humanidad y de la propia vida.
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