Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestras troncos, pero no pudieron matar nuestras raíces. Popol Vuh.
La sabiduría Andina o su cosmovisión, cuenta con una cantidad de principios y saberes, utilizados durante milenios, por civilizaciones que nos precedieron desde el fin del mundo primitivo. Lamentablemente, durante el periodo de la conquista, colonia, e independencia, no solo desaparecieron, sino también se perdió la identidad de nuestros pueblos, creándose una mezcla cultural entre colonos y mestizos, que en su cruda y codiciosa guerra por la "riqueza" y el poder, olvidaron y apartaron a comunidades nativas enteras, enterrando conocimientos ancestrales durante siglos.
Paradójicamente, estas culturas fueron catalogadas como subdesarrolladas, un concepto que podría aplicarse al desarrollo económico de un país, pero no a los avances en medicina, arquitectura, comercio, pesca, agricultura, hidráulica, construcción y conexión con la naturaleza que estas culturas desarrollaron.
Cómo ser indiferentes, al conocimiento base, de una civilización con más de 5.000 años de antigüedad, siendo de las primeras sociedades complejas, como por ejemplo Caral (3000 - 1800 AC), cuna de la civilización Inca. Una civilización que es contemporánea con otras civilizaciones primigenias del mundo, como la de Egipto, India, Sumeria, China, pero a diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), esta se desarrolló en completo aislamiento. (1)
"En Caral hubo un Estado teocrático, pero la organización de la sociedad civil se desarrolló en paralelo, y el Estado no tuvo una hegemonía sobre la sociedad sino que se coordinaba con las autoridades civiles" - Ruth Shady
Un aislamiento que nos permite compararnos con el viejo mundo, encontrar similitudes y diferencias, porque vimos el mundo desde otra perspectiva, desde la perspectiva de los Andes, una perspectiva armoniosa, incluyente, asociativa y empática. ¿Porque entonces hemos olvidado este conocimiento?, ¿Porqué no aprendemos de nuestro pasado y de civilizaciones que fueron muy longevas?, ¿Porque olvidamos nuestra conexión con la naturaleza por un mundo materialista?.
Fue una sociedad que no estuvo dirigida al individualismo ni a la conquista. No encontramos armas, ni indicios de una orientación hacia la guerra; por este motivo la metalurgia no se desarrolló como en el viejo mundo" Ruth Shady
En época de conquista, pasamos de una religión panteísta, donde el Universo (Pariverso), la naturaleza y Dios son equivalentes, y por lo tanto la gran importancia del equilibrio con naturaleza y todo lo que la compone. A una religión, monoteísta, centrada en el hombre, un Dios humanizado, y llevado a los cielos.
Debemos rescatar este saber, utilizar la esencia de nuestros ancestros, reconciliarnos como cultura, y recoger lo mejor de la sabiduría ancestral, para armarnos de identidad, de tradición, de culto a la naturaleza y a la vida, y luego, mirar al frente hacia en una Latinoamérica unida, que sea el ejemplo precursor de la cohesión mundial que se necesita, para seguir evolucionando como especie, siempre en una base de diversidad.
El estado de bienestar, la dependencia, la relacionalidad, la complementariedad, la correspondencia, el respeto, la reciprocidad y la equidad, son poderosos saberes y principios andinos, que en LudQì aplicamos cómo base espiritual en el desarrollo de organizaciones exponencialmente sostenibles.
El desarrollo sostenible que hoy aboga por temas como la inclusión de la mujer, la erradicación de la pobreza, la equidad, el equilibrio natural, la salud, etc. es correspondiente, al estado de bienestar en el que estuvo inmersa la civilización de Caral por miles de años.
La naturaleza era concebida como una madre, una diosa a la que había que respetar y conservar, como daba vida, la podía quitar. Quizá su sentido fuera más acertado que el que posteriormente le agregaron otras religiones “civilizadas”.
Hay que partir del principio de que no hay ninguna cultura superior a otra, ni son más o menos racionales, ni más o menos avanzadas, como creían nuestros antepasados cuando arribaron a las Américas. Falso error que arrastra tras de sí el concepto egoísta de dominio y aprovechamiento de una cultura o civilización considerada inferior, menos racional o más débil.
Hoy un virus recorre el mundo, al igual que la Peste Negra recorrió Europa en el siglo XIV. No hablamos tanto de la pandemia más mortífera que conoció la humanidad, que acabó con la vida de 75 millones de personas (entre el 30 y el 60% de la población europea), sino de la ignorancia, un virus que siete siglos después, parece empeñado en hacernos tropezar con la misma piedra, llevados por este clima de histeria colectiva que todo lo impregna. Las teorías conspirativas sobre el Covid-19 (Coronavirus) van desde las armas bacteriológicas, redes 5G, la elite mundial, el control de población o toman la forma de xenofobia y ataques racistas contra chinos, italianos y españoles.
Nunca atribuyas a la malicia aquello que puede ser explicado adecuadamente por la estupidez
- Navaja filosófica de Hanlon
Es importante que recordemos que durante la peste negra, las personas convergían en los cafés y tabernas, lugares donde las personas de diferentes saberes, campos de experiencia, letrados e intelectuales se reunían a compartir. Fue un espacio, donde las ideas confluían y se intercambiaban para acelerar la transición hacia el desarrollo, y así, asombrosamente, emergieron mentes como Rafael, Galileo, Shakespeare, Copérnico, Miguel Angel y quizá la persona más polímata que ha existido, Leonardo Da Vinci. Ellos condujeron a la humanidad a una era de antropocentrismo, optimismo, felicidad, estética y confianza en la razón para progresar, llamada como literalmente la palabra lo expresa, el RENACIMIENTO.
Las cosas no volverán a ser iguales después de superado el Covid-19 (Coronavirus), así que nuestro llamado es a contribuir, a adaptarnos, a ser resilientes a este cambio y rescatar el saber ancestral, recordar nuestras bases, con sus valores y principios, para darle frente a esta situación, la solución está en la historia, en nuestros recuerdos, en la conciencia universal, por favor no la repitamos.
Quizá, el único descuido del renacimiento es, como lo relatamos anteriormente, haber puesto al hombre en el centro del universo, y no a la naturaleza y todo lo que contiene. Solo en momentos como estos volvemos a valorar la ciencia, el arte se vuelve un canto a la vida, a la belleza y la felicidad. Es el momento que aprovechemos esta crisis y la afrontemos con pensamiento de crecimiento, con innovación unidos en un solo propósito y encaminemos la humanidad hacia la abundancia.
Hay una hermosa leyenda en la cultura Inca, llamada, Tarypaypacha, la unión de los mundos, donde el águila volará junto al cóndor, compartiendo un mismo sueño y equilibrando todas las energías con la madre tierra.
"El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad". O, más escuetamente, "la estupidez insiste siempre".
- Albert Camus en La peste
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