Aunque es muy tentador predecir lo que pasará en el futuro, la incertidumbre y nuestra actitud hacia ella es precisamente uno de los temas importantes para trazar el mapa del futuro
La más importante lección de la pandemia de covid-19, es que nos recuerda que la vida es incierta y si esperamos a la certidumbre en un mundo incierto y caótico, llegaremos demasiado tarde y habrá mayor fragilidad
¿Cómo adapto mis destrezas a este nuevo mundo?
Las habilidades humanas que necesitamos en un mundo impredecible tienen que ver con la imaginación, con la capacidad de pensar en diferentes posibles resultados de la pandemia.
También necesitamos adaptarnos. Muchas personas cuyos trabajos quizás están desapareciendo deben pensar en qué otras cosas pueden y les gustaría hacer. Adicionalmente precisamos incrementar nuestra capacidad de relación y relacionalidad.
¿Cómo puedo aplicar la relacionalidad con otras personas para ayudarlas y ayudarme?
Este no es el momento para ser egoístas, ni ególatras, sino para pensar en que si todos estamos siendo afectados por la pandemia: ¿Cómo nos podemos relacionar para ayudar a enfrentarla?
La contradicción es que entre más distantes estamos entre nosotros, más nos necesitamos. Existe principios base para aumentar el potencial de relacionalidad, principios ancestrales tales como; la reciprocidad, la complementariedad, la colaboración, nos necesitamos para no perder la esperanza, para darnos inspiración e ideas y para mantenernos motivados.
Cuando lo inesperado llega no sabemos cómo manejarlo porque que no habíamos tenido que lidiar con algo así razón por la cual debemos realizar experimentar nuevas maneras de ser y hacer.
Existen organizaciones funcionando exactamente de la misma manera con excepción de unas modificaciones, el modelo de negocio es el mismo, la jerarquía es la misma, la estrategia es la misma. Hay una inmensa sensación de perdida por retrasarse en su plan: 'no podemos hacer lo que creíamos que haríamos'.
Otras organizaciones en cambio cuando la pandemia golpeó dijeron: Esta bien, todo es diferente ahora. Vamos a empezar otra vez, vamos a comenzar con un enfoque nuevo: 'con todo lo que tenemos y sabemos, qué es lo mejor y lo más importante que nuestra compañía debería hacer ahora mismo'
Estas compañías que son mucho más valientes e imaginativas tienen mucha energía, porque están pensando en alcanzar un nuevo futuro y no tratando de quedarse en el pasado. Y es que puede haber una respuesta positiva a la incertidumbre: “vamos a hacer algo nuevo”.
Se necesita más imaginación y creatividad para que la gente sienta más energía y solidaridad. Nos hemos vuelto muy dependientes de esta predictibilidad, como si nos asustara intentar hacer las cosas de manera diferente.
El cambio de paradigma
Necesitamos usar nuestra imaginación para ver qué es lo mejor, intentarlo y aprender; intentarlo otra vez y aprender más y hacer eso a medida que avanzamos y no esperar hasta tener todo esquematizado.
“En vez de esperar por el 'resultado perfecto predecible', intenta hacer las cosas y aprende de ese proceso y vuélvelo a hacer: intenta y aprende”.
Hacer experimentos, tanto en el ámbito privado como en el trabajo, le da a la gente esperanza. Las personas sienten que están aprendiendo cosas, que son capaces de contribuir y eso cambia la forma cómo perciben su propio potencial y coraje.
Cuando empiezas a experimentar y a cambiar las cosas, redescubres que eres capaz de hacer cosas maravillosas y de causar un impacto real en tus grupos de interés, en tu ciudad, en tu país, en el planeta.
La ceguera voluntaria al cambio
También nos hemos acostumbrado a saber todo antes de llevar a cabo una actividad. Es como un temor a hacer algo si no podemos ver la garantía de que habrá un resultado.
Pensamos erróneamente que, si iba a ocurrir una pandemia, seríamos capaces de verla venir y tendríamos la capacidad de prepararnos y eso fue totalmente equivocado, de hecho, para cuando te das cuenta, ya es muy tarde.
Realmente tuvimos demasiada fe en nuestra habilidad para predecir; en nuestra eficiencia: 'si necesitamos lo podremos conseguir rápido', y en nuestra habilidad para planear. Imaginamos, dadas las experiencias previas con virus cómo SARS y MERS, que se podía contener muy rápido.
Al reflexionarlo es interesante ver que países como Corea del Sur y Singapur, que tenían experiencia con virus similares, estaban mejor preparados. Ellos no tenían la certeza en que podían predecir una pandemia, sabían que era algo incierto y que era mejor estar muy preparados, que ser super eficientes.
Emerge la economía verde
Después de este impacto no podemos pretender por más tiempo que la crisis climática no existe y no podemos seguir pensando que seguiremos construyendo la economía con los combustibles fósiles y con el tipo de consumo de recursos naturales que se ha dado en los últimos cien años.
Es absolutamente perturbador saber que desde 1990 básicamente todo el exceso de emisiones de CO2 a la atmosfera ha sido generado en esos 30 años. Nosotros, creamos esta crisis y somos la generación que la tenemos que arreglar.
Y la única manera que la podemos solucionar es reconocer que está aquí, hoy, y que necesitamos cambiar cada parte de nuestra economía para que sea regenerativa, construida sobre los pilares de un sistema regenerativo.
Las lecciones aprendidas
Hay que recordar que la vida es incierta, caótica e impredecible asi que si esperamos por la certidumbre siempre llegaremos demasiado tarde.
Debemos desarrollar y potenciar nuestras capacidades para pensar, aprender e imaginar y actuar anticipadamente a la certeza.
El futuro es que es algo que nos pasa o que nosotros hacemos. Y actualmente que tenemos las habilidades intelectuales, sociales e imaginativas que necesitamos para hacer el futuro que queremos.
La imaginación la creatividad con propósito, conectadas a los principios de relacionalidad, reciprocidad y complementariedad, marcan los lineamientos en el diseño, construcción o vinculación de negocios que nacen, se desarrollan y escalan de manera adaptativa y consiente.
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